Este elegante apartamento, ubicado en el corazón del exclusivo Puerto Deportivo de Sotogrande, ofrece un estilo de vida privilegiado junto al mar. Consta de dos luminosos dormitorios y se distingue por sus dos amplias terrazas que invitan a disfrutar de vistas impresionantes y momentos únicos.

Desde la primera terraza, abierta y orientada hacia el sur, se contemplan panorámicas espectaculares del Peñón de Gibraltar, la marina y el mar, convirtiéndola en el lugar ideal para relajarse al atardecer.

La segunda terraza, completamente acristalada, se transforma en un acogedor salón de desayuno con vistas despejadas al mar y la playa. Despertar aquí y comenzar el día con el sonido de las olas es, literalmente, una fantasía.

En el interior, los suelos de mármol aportan una sensación de lujo y frescura en cada estancia. El salón principal alberga una joya única: una librería a medida recientemente renovada, que combina diseño y funcionalidad. Su estructura se complementa con una escalera móvil al más puro estilo clásico, ideal para alcanzar cualquier libro y perderse en la lectura.

Además, el apartamento incluye plaza de garaje en el mismo edificio, añadiendo comodidad a la experiencia de vivir en uno de los enclaves más codiciados de la Costa del Sol.

Un lugar ideal para quienes buscan vivir rodeados de belleza, calma y sofisticación.

Vivir en el puerto de Sotogrande es disfrutar de un estilo de vida tranquilo, exclusivo y perfectamente conectado con el mar. Es un lugar donde todo está diseñado para el confort y el disfrute sin excesos, con un equilibrio muy especial entre lo natural y lo sofisticado.

El puerto no es solo un punto náutico; es un espacio donde la arquitectura se abre al agua, donde los canales cruzan las viviendas y los barcos están amarrados a solo unos pasos de casa. Las vistas son siempre amplias, limpias, llenas de luz. Aquí los días fluyen despacio, entre paseos junto al agua, desayunos al sol, y tardes que se alargan en terrazas mirando el horizonte.

Todo lo que necesitas está cerca: tiendas y buenos restaurantes. Pero no hay ruido, ni prisa. Es un lujo tranquilo, donde cada detalle está cuidado y nada es demasiado. Hay una sensación de comunidad, pero con privacidad. Un lugar pensado para quienes valoran el espacio, la calma, y el privilegio de vivir rodeados de mar y luz.

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